Hola a todos. Las vacaciones van terminando. Comienza la incorporación al trabajo de aquellos afortunados que en este país cuentan con un puesto que desempeñar. Por mi parte, hoy el tema que voy a tratar va a ser la explotación de nuestra imagen. Cómo creo que debería llevarse a cabo.
En España, como consecuencia de la descentralización llevada a cabo en la Democracia, muchas competencias han sido adquiridas por las Comunidades Autónomas. Éstas han llevado a cabo una importante labor de venta de imagen de sus territorios. Sin embargo, este trabajo no ha sido del todo efectivo. Todos somos conscientes que es mucho más sencillo dar a conocer lo que ofrece nuestro país con una sola denominación "Marca España" que haciendo una separación. Pues por mucho cariño que le tengamos, en mi caso concreto, al Cebreiro (Lugo) y su queso es más sencillo llegar al consumidor de otros países de Europa englobando todo nuestro potencial bajo una misma marca.
Así pues, con la riqueza que ofrece nuestro país las autoridades deberían ponerse de acuerdo, dejando a un lado rencillas partidistas y electoralistas, para lanzar al mercado mundial una gran marca, la marca España. Bajo esta marca se debe potenciar su difusión e invertir en su garantía de calidad consiguiendo la integración plena de nuestros productos en el mercado global. El triunfo de esta acción beneficiaría a todo el país, pues las empresas venderían más, contratarían más y se generaría empleo. Además, haría que la demanda interna se encauzase hacia productos españoles, pues siempre existe en el consumidor una tendencia a consumir preferentemente lo autóctono.
Otro asunto que creo que deberíamos debatir en nuestro país, el cual es actualmente motor de nuestro economía, es el turismo. Desde mi punto de vista creo que el turismo no está correctamente enfocado en algunos lugares, especialmente, de nuestra costa mediterránea. Se ha estado promocionando, en muchos casos por compañías que apenas tributan en nuestro país, un turismo de desmadre, de fiesta, de desenfreno. Este no es un turismo que interese a ningún que país que se precie a si mismo. El resultado suele ser el mismo siempre. Municipios cuyos vecinos sufren pérdida de calidad de vida en verano por jóvenes turistas que tratan nuestras calles como si de ciudades sin ley se tratase. La falta de respeto por nuestro país y su medio es de juzgado de guardia. Todos hemos visto como muchos de estos turistas no respetan las normas mínimas de higiene (siendo suave). Estas y otras consecuencias de este turismo de desmadre nos hace pensar a muchos españoles que la mejor opción es la de apostar por un turismo familiar o de jubilados. Personas de nivel medio-alto cuya estancia en nuestro país no ocasiona los problemas derivados del turismo de fiesta. Obteniendo un beneficio por ambos lados. Los turistas disfrutan de España que ofrece su buena climatología y medio natural. España recibe a cambio ingresos y un trato, cuanto menos, digno.
Todos los ciudadanos, no sólo los vecinos afectados de las determinadas localidades costeras, debemos exigir que el turismo en nuestro país sufra una reconversión. Tenemos que apostar por un turismo de calidad, exigiendo un trato cívico y ofreciendo lo mejor de España. Desde aquí, mi apoyo a todos las localidades que cada verano sufren esta "vejación". No estáis solos.