sábado, 18 de agosto de 2012

Alerta: Juegan con nuestra salud.

Hola a todos. Hoy voy a tratar un tema que me intriga desde hace algún tiempo. Me refiero a determinadas sustancias utilizadas para alimentar el ganado, cultivar plantas o elementos químicos con los que se elaboran determinados productos. He estado leyendo algunos artículos, os escribo una síntesis de lo que he aprendido así como una breve opinión al respecto.

En nuestro actual sistema económico, como nos han explicado en clase a todos los que hemos cursado "Economía", el objetivo de cualquier empresa, y en relación con la alimentación los productores, es obtener el mayor beneficio posible. Por tanto, se persigue producir la mayor cantidad al menor coste posible. Así,  los productores ganaderos han empleado desde hace varias décadas algunas sustancias denominadas "tiroestáticos" que facilitan la retención de líquidos en el animal, con el consecuente aumento de peso y beneficio para el productor. Esto lo hemos podido observar todos cuando hemos cocinado un filete de ternera, pues se forma en la sartén una especie de espuma y el tamaño de la pieza es menor. Posteriormente, también se ha utilizado con mucha frecuencia el conocido "clenbuterol" que consigue un aumento del peso por un aumento de la masa muscular y reducción de grasa. También en la carne se han usado hormonas femeninas y masculinas, la consecuencia es la misma que en los anteriores productos, mayor peso. 

La mayor parte de estas sustancias están prohibidas  por la Unión Europea. Sus efectos para la salud no están completamente demostrados, pero se conocen algunas de sus consecuencias como son la aparición de tumores de próstata o vejiga en hombres y en el útero o pecho en las mujeres. Estos efectos no aparecerán por un consumo puntual, sino por largos períodos de tiempo en grandes cantidades. 

Otro ejemplo puede ser el "aspartamo". Es aspartamo, también conocido como E-951, es un componente que está presente en una gran cantidad de productos como yogures, chocolate, chicles o caramelos. Fue descubierto en 1985 y desde entonces, no son pocos los estudios que han concluido que su consumo es dañino para la salud humana. Así, entre otros, algunas de las consecuencias que según estos estudios se derivan de su consumo está la pérdida de memoria, la debilitación de la vista, comportamientos agresivos o posibles cánceres. Su uso es muy habitual en productos bajos en calorías ("light") o como sustituto del azúcar. Su empleo es legal. 

Los Gobiernos se benefician del empleo de estos productos pues si se produce mucha carne, su precio será más bajo y se controlará el IPC. Si se produce y vende más, aun siendo de mala calidad, se obtendrán más beneficios por parte de impuestos tanto directos como indirectos.

El título de esta carta comienza con "alerta". No pretende ser una llamada a esa preocupación irracional que en algunos momentos difunden los medios de comunicación (Gripe A,...). Es una llamada a estar en alerta, a vigilar, controlar y exigir a los Gobiernos que cambien las normativas como puede ser la del aspartamo. O se empleen más en un control exhaustivo de sustancias prohibidas nocivas para la salud como las empleados por muchos productores ganaderos.

Los ciudadanos estaríamos actuando de forma irresponsable si ignoramos esta realidad. Existen en la actualidad  algunas asociaciones de consumidores que critican estos hechos, pero la presión social es mínima como para que nuestros representantes se hagan eco de unas exigencias, que cuanto mínimo, parecen de sentido común. Y es que por encima del crecimiento económico o del beneficio que puedan obtener los diferentes Gobiernos está la salud de la personas. 

El desentenderse de esta grave situación en la actualidad es muy probable que se convierta en una lamentación en la fría sala de un hospital. Desde aquí animo a todos a participar en asociaciones o grupos que promuevan alternativas y presionen, siempre pacíficamente, a los Gobiernos para conseguir que recojan nuestras exigencias en sus agendas.

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