Hoy domingo 17 de junio de 2012, se han producido elecciones general en Grecia. Como he comentado en la anterior entrada, los resultados iban a ser decisivos. Pues bien, alrededor de las doce de la noche en España y con más del 80% escrutado podemos empezar a analizar los resultados.
El ganador de las elecciones generales en Grecia ha sido Nueva Democracia. Este partido es de carácter conservador y se posiciona a favor de la continuidad en la Unión Europea y en el euro. Obtienen alrededor del 30% de los votos y alrededor de 125 escaños.
En segundo lugar ha quedado con alrededor del 26% de los votos, la coalición de extrema izquierda Syrisa. Su auge se debe a la caída socialista. Se posicionan en contra de los ajustes presupuestarios.
En tercer lugar se encuentran los socialistas griegos, los cuales apoyan también la permanencia en la Unión Europea. Han obtenido alrededor del 12-13% de los votos.
Los neonazis de Amanecer Dorado repiten resultado, a pesar de la creciente violencia desatada por parte de sus simpatizantes e incluso, dirigentes. Rondan el 7% de los votos.
En líneas generales la jornada electoral ha transcurrido con tranquilidad. Aunque se han vivido algunos hechos graves, aunque puntuales, como la quema de una urna por parte de simpatizantes de la extrema izquierda en un colegio electoral.
Con todo, comienzan en estos instantes las negociaciones para la formación de un Gobierno en Grecia. La suma de Nueva Democracia y los socialistas griegos (ambos europeístas) alcanza la mayoría absoluta necesaria para poder formar gobierno. Alrededor de 162 escaños de 300. Sin embargo, los socialistas exigen a Nueva Democracia para apoyarles que entren en el Gobierno también miembros de Syriza. Esta exigencia, desde mi punto de vista, muestra la dificultad de formar un Gobierno estable en Grecia ya que los socialistas están con un ojo puesto en la izquierda más radical como consecuencia de su debacle electoral.
El resultado obtenido en las urnas muestra el escenario político, en teoría, más favorable para Grecia y Europa en su conjunto.
Sin embargo, no será más que la actuación responsable y eficiente de los políticos griegos, hoy legitimados en las urnas, la que consiga sacar adelante al país heleno. Un nuevo proyecto tiene que surgir en este país, el cual mediante la combinación del ajuste presupuestario (en aquellos ámbitos necesarios) unido a las políticas de crecimiento y sumado a la ayuda de la Unión Europea, consiga devolver a Grecia a la senda del crecimiento económico y al denominado, Estado del Bienestar.
Esperemos que así sea, tanto por el bien de la sociedad griega como por el resto de sus socios europeos.
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