Ayer, martes 19 de junio de 2012, comenzó con unas horas de retraso la
cumbre del G-20. En esta cumbre se han tratado variedad de temas aunque sin
duda, los más importantes han sido todos los relacionados con el euro, la Unión
Europea, etc.
El sistema financiero español NO "es el más solvente del mundo"
tal y como había dicho José Luis Rodríguez Zapatero, conocido por su compromiso
con España. Y SÍ habrá rescate a pesar de las erróneas previsiones de nuestro
actual Presidente Mariano Rajoy.
El sistema financiero español en los últimos lustros ha dedicado sus
inversiones a especular con el denominado "ladrillo". Esta falta de
ética, de intentar enriquecerse rápidamente, en muchos casos lindando el límite
de la ilegalidad, sin ver más allá ha traído consecuencias desastrosas para
España las cuales sufrimos y seguiremos sufriendo en las próximas semanas y
meses.
Voy a intentar explicar el origen del problema muy resumidamente:
Los bancos, con la complicidad de unos dirigentes municipales corruptos
entre otros, han promovido la construcción de viviendas en nuestro país desde
mediados de la década de 1990. Esta inversión ha provocado un "boom"
económico. Se conocía desde el primer momento que iba a tener que estallar en
algún momento (sucedió finales de 2007). Los bancos con sus tasadores gracias a
la elevada demanda tasaron el valor de los pisos a precios desorbitados. Como
la economía, aparentemente, iba viento en popa pues se creaban puestos de
trabajo (gracias a la construcción y al turismo). Los bancos han estado proporcionando
hipotecas a todo el mundo que las pedía ya que aparentemente los contratos iban
a ser indefinidos, las condiciones exigidas eran mínimas, etc.
Con la crisis el desempleo ha azotado a nuestro país y los bancos tienen a
miles de familias pagando pisos que ya no valen el precio que tenían cuando los
compraron. Unas familias que en muchos casos tienen a alguno de sus miembros en
paro, con las dificultades que lleva por tanto pagar la hipoteca. Los bancos
ahora se encuentran en una situación muy mala ya que tendrían que estar
recibiendo el dinero con intereses de unas hipotecas que las familias, en
muchos casos, no con capaces de pagar.
Los bancos necesitan ahora dinero para así poder volver a invertir y con
los intereses cubrir las pérdidas que tuvieron por su mala gestión. Muchos ya
no han podido seguir su proyecto en solitario, de ahí las fusiones que hemos
vivido. Muchos están comprando deuda española, que tiene una gran rentabilidad
en estos momentos, pero no dan crédito a los emprendedores y familias de este
país para que comiencen a crear negocios. Siguen sin invertir, por tanto, en
economía productiva.
Con el rescate (ayuda) al sector financiero se pretende solucionar este
problema y el objetivo principal es que el crédito vuelva fluir. Este rescate o
ayuda para mí sería la opción menos mala para que este sistema que han creado
vuelva a salir adelante. El problema que tenemos en España es que el rescate a
nuestro sistema financiero se realizaría mediante el Estado por lo que esos
posibles 100.000 millones de euros computarían como deuda española (la cual ya
supera el 70% del PIB, aunque es menor que muchos vecinos europeos) y
aumentarían nuestro déficit. Esta forma de llevar a cabo la ayuda al sector
financiero terminaría pasando factura a España como Estado ya que nuestra
credibilidad, al aumentar nuestra deuda y déficit, sería inferior por lo que
tendríamos que pagar todavía más intereses por el dinero que nos prestan.
Estaría pues la deuda de los bancos afectando a la deuda soberana española, de
modo que los bancos no sólo no estarían ofreciendo crédito a la sociedad (pilar
de su existencia) si no que su mala gestión hace perder credibilidad a nuestro
país, haciendo perder su dinero a todos los españoles en intereses de la deuda.
A pesar de mis discrepancias en bastantes aspectos con el Gobierno, creo
que la solución que proponen y por la cual está trabajando el Presidente sería
bastante acertada y beneficiaría a España. La propuesta es que sean las propias
entidades financieras las que pidan ese rescate o ayuda a Europa de modo que el
dinero no tendría que pasar por manos del Estado y éste no se vería tan
afectado como consecuencia de este rescate. Esto beneficia directamente a todos
los españoles, ya que si la presión sobre nuestro país disminuye podríamos
financiarnos a un menor tipo de interés y dedicar ese dinero a cualquier otra
partida.
Rajoy está intentando convencer a los socios europeos de que esto sería lo
mejor para España, para la Unión Europea y consecuentemente para la marcha de
la economía global. El problema viene desde Alemania, donde la canciller Ángela
Merkel se opone a esta opción. Es tarea del Gobierno conseguir sacar adelante
esta propuesta ya que sería muy beneficiosa para todos, presionando a Europa y
demostrando que o España consigue salir de esta situación o con nosotros cae el
resto del viejo continente.
En caso de no conseguirse, en España deberíamos plantearnos si realmente
merece la pena tener un sector financiero privado cuyos beneficios son
divididos entre sus propietarios en caso de ser bien gestionados y sus pérdidas
son compartidas por el conjunto de la ciudadanía si son mal gestionados. Si el
sector financiero, tan importante para la correcta marcha del sistema, falla y
su repercusión directa es el descenso de la calidad de vida de los españoles es
entonces cuando algunos nos preguntamos si no sería mejor para nuestro país
crear un banco ético y público cuyo principal objetivo fuese colaborar en la
buena marcha de España.
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